Bendiciones y gracias de Cuaresma

Una reflexión cuaresmal sobre la importancia de la paciencia y la confianza en Dios

«Providencia [is] la presencia amorosa de Dios, activo en nosotros y a través de nosotros, vigilante sobre el universo creado y atento a las necesidades de todos». (Constituciones y Reglas Hermanas de la Providencia)

Ahora estamos empezando nuestro tercer año de comprensión y afrontamiento de las complejidades de la crisis pandémica COVID-19. Seguimos queriendo volver a nuestras rutinas normales. Hemos experimentado la pérdida de control, el duelo anticipado, el miedo a contraer COVID, el aislamiento y la muerte de seres queridos. Juntos hemos recorrido un largo camino de Cuaresma.

Aunque nos hayamos puesto máscaras, no hay forma de ocultar las continuas necesidades de las personas que sufren la falta de hogar, la discriminación racial, la violencia, la trata de seres humanos y las catástrofes medioambientales, así como de quienes padecen agotamiento, depresión y enfermedades mentales.

Como director espiritual a través de SEEL (Ejercicios Espirituales en la Vida Cotidiana) he estado escribiendo a dos hombres en Prisión. He llegado a apreciar mejor las muchas libertades que daba por sentadas. Como acompañante espiritual, tengo el privilegio de escuchar las historias y experiencias vitales de la gente. Muchos han notado cómo rezar, centrarse y aquietarse interiormente les ha ayudado durante esta pandemia

Preguntas para la reflexión personal:

  • ¿Qué tipo de comunidades estamos creando?
  • ¿Somos más compasivos después de sufrir la pandemia o somos menos pacientes y más críticos?
  • ¿Cómo podemos seguir respondiendo a las necesidades urgentes de los pobres durante el COVID? ¿Cómo podemos responder también a las necesidades de nuestros allegados?

Son tiempos vulnerables para todos nosotros. Estamos viendo la fragilidad de la vida a través de nuevas lentes y buscando un significado más profundo mientras nos abrimos a la presencia, las posibilidades y las revelaciones de Dios. Ha sido difícil ser paciente mientras esperamos el final de la pandemia. Somos gente de esperanza, no de miedo.

Juntos saldremos de esta pandemia porque «Sabemos que la Providencia saldrá antes que el sol». Que experimentemos las bendiciones y gracias de este camino cuaresmal.

Para muchos de nosotros nuestro mantra ha sido: «¿Hasta cuándo, Señor, durará esto?».

«Confía en la lentitud de la obra de Dios. En todo somos naturalmente impacientes por llegar al final sin demora. Nos gustaría saltarnos las etapas intermedias. Nos impacienta estar en camino hacia algo desconocido, hacia algo nuevo. Y, sin embargo, la ley de todo progreso es que se realiza pasando por algunas etapas de inestabilidad, y que puede llevar mucho tiempo.»

Pierre Teilhard de Chardin, SJ

(Reflexión de Sor Bea LaFramboise, SP)

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