DECLARACIÓN: Las Hermanas de la Providencia y las Hermanas de Santo Domingo de Tacoma piden el fin de la violencia armada y de la cultura nacional de violencia

7 de agosto de 2019


Hoy alzamos juntas nuestras voces como congregaciones religiosas de mujeres católicas para decir basta. Nuestras congregaciones están llamadas a levantar a los pobres y vulnerables, a defender a los marginados y rechazados, y a atender a las víctimas y a los que no tienen voz. Servimos a nuestros vecinos necesitados a través de ministerios de justicia social y presencia compasiva. Los recientes tiroteos masivos y la rabia y división desenfrenadas que se han apoderado de la nación representan la injusticia más atroz -la falta de respeto y de protección de nuestro don más preciado, la vida- y exigen cambios en nuestra política nacional de armas y en nuestra cultura nacional.

Hay tanto mucho que llorar en estos momentos, así que hagamos una pausa para rezar por los que fueron asesinados o heridos, por sus familias y amigos en duelo, por la fuerza y la orientación de quienes prestan asistencia, para la transformación de quienes cometen estos actos y la curación de sus seres queridos. Pidamos a nuestro Dios providente que nos mueva a cada uno de nosotros a la acción para que podamos ayudar a poner fin a esta violencia sin sentido. Todo el mundo es hijo de Dios, igual a los ojos de Dios, y debe ser igual en también a nuestros ojos. El camino hacia la paz comienza aquí.

Como parte de la Leadership Conference of Women Religious (LCWR), una asociación de líderes de congregaciones de religiosas católicas en EE.UU., nos unimos a casi 1.350 miembros, que representan a más de 44.000 religiosas en EE.UU., y prometemos nuestro apoyo para poner fin a el azote de rabia y odio que se ha apoderado de nuestra nación. Estaremos no cejamos en nuestro empeño de reclamar una legislación que ponga fin a la violencia armada rápida y eficazmente. Nosotros imploran a todos los órganos legislativos que aprueben leyes que impidan efectivamente violencia armada. Pedimos la aprobación de leyes que prohíban la posesión civil de armas de asalto. armas, exigir la comprobación universal de antecedentes para todas las ventas de armas, hacer el tráfico de armas un delito federal, y proporcionar financiación para la violencia armada investigación sobre prevención. Por último, pedimos que se dediquen recursos a abordar las causas más profundas y complejas de la violencia en nuestra nación. Sólo por Si nos centramos en estas influencias negativas, conseguiremos que nuestros nación un lugar más seguro y pacífico para todos.