75 años: Germaine Chabot, SP (fallecida)

75 años: Germaine Chabot, SP

Hermana Germaine de los Siete Dolores

Nací en una granja de Clarence Creek (Ontario, Quebec) y conocí a las Hermanas de la Providencia cuando trabajé un verano en el Hospital del Sagrado Corazón de Hull (Quebec). Me impresionaron mucho las Hermanas de la Providencia por la buena atención que prestaban a los pacientes y el cariño que les tenían. Ingresé en el noviciado de Montreal en 1937 e hice los primeros votos el 19 de noviembre de 1938.

Poco después de la profesión, me destinaron a la Provincia del Sagrado Corazón en Seattle, Washington, donde aprender a hablar inglés fue el primero de muchos retos. Empecé la formación de enfermera en el Hospital St. Joseph de Vancouver, Washington, y dediqué toda mi vida a seguir los pasos de la Beata Emilie Gamelin y de la Madre Joseph del Sagrado Corazón. Después de graduarme comencé mi ministerio en la atención sanitaria, ejerciendo como enfermera, supervisora, superior, administradora y asociada de atención pastoral.

«¿Por qué me eligió Dios?»

Mis ministerios me llevaron a Yakima, Everett y Olympia (Washington) y, en 1968, al Providence Medical Center de Portland (Oregón), donde permanecí 41 años. Empecé como miembro del consejo administrativo y más tarde, tras completar el programa de educación pastoral clínica en Oakland, California, presté mis servicios en la atención pastoral.

Mi ministerio favorito era asistir a los moribundos en la Unidad de Cuidados Intensivos y en el Servicio de Urgencias. Me dio una gran satisfacción estar presente y rezar con el paciente y su familia en sus últimos momentos en la tierra.

Al reflexionar durante estos 75 años como Hermana de la Providencia, me siento humilde por haber sido llamada a servir a Dios como Hermana de la Providencia y a menudo me pregunto: «¿Por qué me eligió Dios?».

La vida de Jesús la llama a vivir humildemente

He recibido muchas bendiciones y privilegios durante estos años. La comunidad religiosa me brindó la oportunidad de realizar un viaje cultural a Roma, Francia, Portugal, Grecia, Israel y Egipto. Este viaje fue una gran experiencia que nunca olvidaré. La vida de Jesús es para mí más significativa y me llama a vivir con más humildad, justicia y, espero, más amor.

Antes de la beatificación de la Beata Emilia Gamelin en el Vaticano, tuve el privilegio de asistir a una ceremonia especial en Montreal para la apertura de su tumba. Esta ceremonia, celebrada el 27 de marzo de 2001, fue muy impresionante y dejó un recuerdo imborrable. Debo a la Hermana Barbara Schamber, entonces superiora provincial, un agradecimiento especial por este gran privilegio.

Actualmente estoy jubilada y resido en la residencia St. Joseph de Seattle, donde me gusta tejer, hacer ganchillo, jugar al bingo allí y al lado, en Mount St. Vincent, caligrafiar y ver baloncesto.

Providencia de Dios, ¡te doy gracias por todo!