
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Creo en DiosDios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y en Jesucristo, su Hijo único, Señor nuestro, que fue concebido por el Espíritu Santo, nació de María Virgen, padeció bajo Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso; desde allí vendrá a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. (recitar 3 veces)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Santísimo Padre, hoy te ofrecemos esta oración vocacional por todas las vocaciones sacerdotales, religiosas, matrimoniales y de solteros. Se lo ofrecemos especialmente para: [name(s)].
Primer misterio vocacional: «La llamada de Abram y Sara».
El Señor dijo a Abram: «Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que yo te mostraré. Haré de ti una gran nación y te bendeciré; haré famoso tu nombre y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; por ti serán bendecidas todas las familias de la tierra.»
Repita la secuencia siguiente después de cada misterio profesional:
Padre nuestro
Ave María (recitar 10 veces)
Gloria
Señor Jesús, así como un día llamaste a la Beata Emilia Gamelin, continúa también ahora resonando tu invitación: ¡Ven y sígueme! Da a los jóvenes la gracia de responder con prontitud a tu voz. Suscitar el espíritu misionero en nuestra comunidad. María, Madre de la Iglesia, modelo de toda vocación, ayúdanos a decir «sí» al Señor que nos llama a colaborar en el plan divino de salvación.
Segundo misterio vocacional: «La llamada de Samuel»
El joven Samuel estaba al servicio del Señor con Elí. En aquella época era raro oír la palabra de Dios, y las visiones no eran frecuentes. Un día Eli estaba tumbado en su habitación. Sus ojos se habían debilitado y ya no podía ver. La lámpara de Dios aún no se había apagado, y Samuel dormía en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel la primera vez: «¡Samuel, Samuel! «Él respondió: «Aquí estoy». Una segunda vez el Señor lo llamó: «¡Samuel, Samuel!» Y Samuel se levantó… Por tercera vez el Señor lo llamó: «Samuel, Samuel… » y Samuel respondió: «Aquí estoy, habla, Señor, que tu siervo escucha».
Tercer misterio vocacional: «La llamada de Jeremías».
«La palabra del Señor me llegó en estos términos: Antes de formarte en el seno materno, ya te conocía; antes de que salieras del vientre, ya te había consagrado, ya te había hecho profeta de las naciones.» Y yo respondí: ¡Ah! ¡Señor! Mira, no puedo hablar, porque soy demasiado joven. El Señor me dijo: «No digas: Soy demasiado joven; porque irás adonde yo te envíe y dirás todo lo que yo te ordene. No temas delante de ellos, porque yo estoy contigo para librarte».
Cuarto misterio vocacional: «La llamada de la Virgen María».
El ángel dijo a María: «Bendita tú entre todas las mujeres. El Señor está contigo». Pero ella no entendió tal saludo. Entonces el ángel le dijo: «María, no temas porque gozas del favor de Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.» Entonces María dijo al ángel: «¿Cómo será esto? No conozco varón». El ángel respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; y tu hijo será llamado Hijo de Dios.» Entonces María dijo: «Yo soy la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra».
Quinto misterio vocacional: «La llamada de la Samaritana»
Una mujer samaritana vino al pozo a sacar agua, y Jesús le pidió: «Dame un poco de agua». Pero como los judíos no tienen trato con los samaritanos, la mujer replicó: «¿Cómo tú, que eres judía, me pides agua, siendo yo samaritana?». Jesús le contestó: «Si supieras lo que Dios da y quién pide agua, se lo pedirías, y él te daría agua viva…». Ella dijo: «Señor, dame esa agua».
Oraciones finales:
Salve, santa Reina, madre de misericordia, nuestra vida, nuestra dulzura y nuestra esperanza. A ti clamamos, pobres hijos desterrados de Eva; a ti elevamos nuestros suspiros, luto y llanto en este valle de lágrimas. Vuelve, pues, clementísimo abogado, tus ojos de misericordia hacia nosotros; y después de este nuestro destierro, muéstranos el fruto bendito de tu vientre, Jesús. Oh clemente, oh amorosa, oh dulce Virgen María.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, sálvanos del fuego del infierno y conduce a todas las almas al Cielo, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestra protección contra la maldad y las asechanzas del demonio. Que Dios lo reprenda te lo pedimos humildemente; y tú, oh Príncipe de las huestes celestiales, con el poder de Dios, arroja al infierno a Satanás y a todos los espíritus malignos que merodean por el mundo buscando la ruina de las almas. Amén.
Beata Emilie Gamelin, ruega por nosotros. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.