60 años: Patricia Hauser, SP

(Hermana Christiana)

 
Hna. Patricia Hauser«He tenido una vida increíble», dice la Hermana Patricia Hauser, aunque su entrada en la vida religiosa fue a regañadientes. «Le dije: ‘¡No toques mis cosas! Puede que vuelva en dos semanas'». Desde entonces, ha disfrutado de un montón de trabajos y de la vida en lugares tan interesantes como California, Alaska, India, Inglaterra e incluso la diminuta Forks (Washington).

Pat nació en Madison (Wisconsin) y se trasladó a Bellingham (Washington) a los 10 años. Su familia se convirtió en el primer hogar de acogida de Bellingham, cuidando a 116 niños de todas las edades. Pat pudo vivir en casa y ayudar, trabajar a tiempo parcial y asistir al Western Washington College (ahora Universidad). Los folletos que su madre trajo a casa de una conferencia le presentaron a las Hermanas de la Providencia.

Tras licenciarse en Sociología/Antropología y especializarse en Psicología, ingresa en el noviciado en 1957.

Emitió los primeros votos, terminó sus cursos de enseñanza en el Colegio de Formación de Hermanas, y enseñó durante seis años en Seattle y Vancouver, Washington, y en Sun Valley, California. Después obtuvo un máster en trabajo social en la Universidad de Washington, hizo prácticas en el programa estatal de asistencia social de Spokane y trabajó como voluntaria en un centro de acogida de la calle Skid Road de Seattle.

Formó parte del primer Equipo de Formación de la comunidad durante cinco años y luego se dedicó al asesoramiento y la supervisión de hogares de acogida para Caridades Católicas. Subcontratada al centro de tratamiento Sundown M Ranch, trabajó primero con alcohólicos y más tarde volvió allí como capellana a tiempo parcial. A continuación, se dedicó a la educación sobre el alcoholismo y la divulgación en la diócesis de Juneau (Alaska), donde pasó el invierno en una aldea indígena.

A continuación, la hermana Patricia fue directora del ministerio Sojourner Place de las hermanas para mujeres solteras sin hogar en Seattle, y después fue psicoterapeuta durante ocho años en el centro de tratamiento hospitalario House of Affirmation para clérigos y religiosas en Montara, California. Tras un año en un programa afiliado, Heronbrook House, en Inglaterra, regresó a Montara como subdirectora y psicoterapeuta.

La intensidad de su siguiente ministerio, con personas con VIH/SIDA y discapacitados en la Providence House de Oakland (California), la llevó a buscar un tiempo de soledad y oración contemplativa. Pasó seis meses en la India, viajando y viviendo en ashrams, y luego buscó la tranquilidad de Forks, Washington. Un año después era visitadora de pacientes a tiempo parcial y capellana de guardia de un programa de cuidados paliativos.

Hace un año se trasladó a la residencia St. Joseph de Seattle por problemas de salud. Visita a sus hermanas mayores y espera ser voluntaria en Providence Mount St. Vincent, quizá con un grupo de Alcohólicos Anónimos.

Este año jubilar le hace mucha ilusión visitar a su hermana y al marido de ésta en Hawai. «Quedamos las dos viejas».

 
 
 

«He tenido una vida increíble», dice la Hermana Patricia Hauser, aunque su entrada en la vida religiosa fue a regañadientes.

«Le dije: ‘¡No toques mis cosas! Puede que vuelva en dos semanas'».