(Hermana Mary Eugenius)
«Mi cuerpo tiene 95 años, pero yo no los tengo ni pretendo tenerlos», declara la Hermana Lucy Villanova. Se siente mucho más joven porque se mantiene activa, con energía, creativa y FELIZ.
En un día normal en la Residencia St. Joseph de Seattle, se la puede encontrar participando en un pequeño grupo de oración matutina, trabajando en un rompecabezas o contribuyendo a resolver el rompecabezas común de la cuarta planta, creando tarjetas en su ordenador para los cumpleaños de las hermanas, diseñando collages o pancartas, participando en actividades internas o yendo de excursión en grupo. Tras décadas enseñando a sus alumnos a ser creativos, aún tiene tiempo y ganas de hacer cosas bonitas para sí misma y para los demás.
Nacida como Lucille Villanova en el área de Chicago, perdió a su madre antes de cumplir los dos años. Fue cuidada por su padre y sus abuelos maternos y los parientes de éstos hasta los 10 años, después ella y su hermana Rose fueron llevadas a la Escuela de Formación de Santa María en Des Plaines, Illinois, (ahora Academia Maryville), bajo el cuidado de las Hermanas de la Misericordia y más tarde por las Hermanas de la Providencia cuando se hicieron cargo en 1936. Lucy ingresó en la comunidad de Mount St. Vincent, Seattle, en 1942 y emitió los primeros votos en 1943.
Su primera misión fue el cuidado de niños de 3 a 12 años en la Providence Academy, en Vancouver, Washington. La Hermana Lucy es licenciada en Humanidades por el College of Great Falls (ahora Universidad de Providence) de Montana y tiene un máster en Humanidades por la Universidad de Notre Dame de Indiana. Durante 30 años fue profesora de primaria, secundaria y bachillerato en Washington, Alaska y California. Después regresó al College of Great Falls en 1967 para enseñar técnicas artísticas a los profesores.
Terminó sus años de docencia en 1974 y luego se dedicó a otros proyectos, como la producción de obras de arte para el bazar del Hospital Providence, en Everett, y como artista en plantilla para Catholic Communications Northwest, en Seattle. Tras un año como profesora en el instituto Providence de Burbank, trabajó 16 años como recepcionista, artista residente, directora de antiguos alumnos, subdirectora de relaciones públicas y subdirectora de desarrollo.
Un proyecto memorable fue un mosaico de paneles de azulejos bizantinos que diseñó para el baptisterio de la iglesia de San Finbar, en Burbank. Una alegría especial fue un viaje a Europa -Inglaterra, Francia, España, Italia, Alemania y Bélgica- para recorrer los grandes museos del mundo.
«He tenido una vida tan buena que quería compartirla con otras personas», dijo la Hermana Lucy. «Mi alegría es ver a otras personas felices y la belleza de la naturaleza que nos rodea: las montañas, las puestas de sol, los amaneceres, la tranquilidad. Aquí en SJR hay mucha actividad, pero también paz».