Sr. Dolores aún aprecia el tiempo que pasó en la reserva del noroeste de Idaho de la tribu Coeur d’Alene, donde enseñó en la escuela y trabajó en la parroquia.
«La vida con la gente de allí era maravillosa», recuerda. «Estoy agradecida por todos ellos, especialmente por los ancianos, y por los diversos ministerios en los que participé. Desde el primer momento en que discerní mi vocación, me sentí llamada a servir a la gente en De Smet.»
Sr. Dolores nació en De Smet, Idaho, donde su padre era un lechero que suministraba leche a las Hermanas y su madre enfermera y miembro inscrito de la tribu.
Sr. Dolores quería ser enfermera, pero acabó dedicándose a la enseñanza. Estudió en la Holy Name Academy de Spokane y luego se licenció en el College of Great Falls (ahora Universidad de Providence) y obtuvo un máster en Biblioteconomía en la Universidad de Portland.
Enseñó en casi todas las escuelas de la Provincia de San Ignacio (que ahora forma parte de la Provincia Mother Joseph), pero anhelaba volver a casa, a la zona de De Smet.
En 1965, por fin tuvo su oportunidad y pasó los siguientes cuarenta años al servicio del pueblo.
Mary Immaculate School -en todos los cursos- hasta que la escuela creció lo suficiente como para tener dos aulas. Durante su estancia allí también fue superiora y directora. Cuando la escuela cerró, se trasladó a la Misión del Sagrado Corazón preparando a los niños para la Primera Eucaristía y la Confirmación. Tras su cierre, los edificios de la escuela se cedieron a la tribu Coeur d’Alene y acabaron siendo declarados lugar histórico nacional.
Sr. Dolores también formó parte del consejo escolar de la escuela tribal de Coeur d’Alene.
A pesar de su apretada agenda y de trabajar en tres misas cada domingo, la hna. Dolores encontró tiempo para volver a la cercana Spokane y estar con sus compañeras. Ha vivido 37 años en la misma caravana de la reserva, 14 millas al sur de Coeur d’Alene, y ha prometido servir al pueblo mientras pueda.
En 2011, la hna. Dolores se despertó para ver llamas en los edificios que albergaban la escuela que funcionó durante casi 100 años. Fue un día triste, pero la hna. Dolores se alegra de que el terreno sea ahora un parque. En el parque se exponen fotos de alumnos de las décadas en que las Hermanas enseñaron allí.
Cuando se jubiló, pasó varios años en Emilie Court antes de trasladarse a la residencia St.
Ahora vive en paz y las hermanas y el personal son amables y atentos.