27 de septiembre de 2013
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Las Hermanas de la Providencia han adoptado una postura corporativa para poner fin a la pena de muerte, la primera acción de este tipo emprendida en la Provincia Mother Joseph. Es el resultado de «la oración, el discernimiento y el diálogo, y formará parte de nuestra oración y acción en el futuro», afirmó la Superiora Provincial Judith Desmarais.
Cabe preguntarse por qué las Hermanas de la Providencia se pronuncian sobre este tema en particular. El fundamento de la postura corporativa, aprobada en el Capítulo Provincial de las hermanas el 1 de agosto, hunde sus raíces en las Constituciones de las Hermanas de la Providencia, nº 26: «La atención a las necesidades de los pobres y a las situaciones de injusticia que los oprimen suscita en nosotras una preocupación por las exigencias de la justicia social. Por ello, consideramos un deber promover la dignidad humana mediante actos de solidaridad con las personas y los grupos, compartiendo con ellos lo que tenemos hasta el punto de arriesgar nuestra propia seguridad.»
Cabe destacar que, además de El Salvador, la provincia Mother Joseph abarca seis estados (Alaska, Oregón, California, Idaho, Montana y Washington), en todos los cuales, excepto en Alaska, existe una ley sobre la pena de muerte.
Un comité de hermanas trabaja activamente en esta iniciativa desde el otoño de 2011. Los miembros del comité son las Hermanas Joan Campbell, Charlene Hudon, Lenora Donovan, Lois Murray, Georgette Bayless y Charlotte Van Dyke, y la Hermana Eileen Walsh, OP. La hermana Joan Campbell ha sido durante mucho tiempo una voz incansable contra la pena de muerte. Es miembro de la junta de la Coalición de Washington contra la Pena de Muerte (WCADP), que ha adoptado un proceso continuo de tres pasos para su defensa: concienciación, debate del tema con otros y liderazgo.
Sor Juana dio ese tercer paso en 1990, cuando planteó la cuestión de la pena de muerte en un encuentro con el Papa Juan Pablo II. El Papa preguntó cómo podía implicarse de forma más práctica en la cuestión en Estados Unidos y se puso en contacto con los gobernadores cuando los casos de pena de muerte se convirtieron en un problema en sus estados. La conversación de Sor Juana con él le sirvió de aportación cuando estaba escribiendo la encíclica El Evangelio de la Vida.
La Hermana Joan afirma que la postura contraria a la pena de muerte forma parte de una ética coherente de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte, que abrazan cada vez más personas, organizaciones y líderes religiosos de todo el país, incluidos los obispos católicos estadounidenses.
En la actualidad, más de dos tercios de los países del mundo, 141 en total, han abolido la pena de muerte en la ley o en la práctica, según Amnistía Internacional. La inmensa mayoría de las ejecuciones se han producido en cinco países: China, Irán, Corea del Norte, Yemen y Estados Unidos. En este país, 18 estados no tienen pena de muerte y 29 estados no han llevado a cabo ninguna ejecución en los últimos cinco años. Además, un total de 142 personas inocentes han sido liberadas del corredor de la muerte.
La iniciativa de la Provincia Mother Joseph sobre el tema comenzó como una declaración y evolucionó hacia la respuesta más contundente de una postura corporativa.
Mientras el comité de hermanas trabajaba en el desarrollo de la postura corporativa, ofrecieron educación sobre el tema, incluyendo el alto e inevitable riesgo de la pena de muerte de condenar a muerte a los inocentes, y la injusticia de su aplicación basada en la raza, el origen étnico y la pobreza. En otoño de 2011, invitaron a Juan Meléndez-Colón, ex recluso del corredor de la muerte de Florida, a la residencia San José de Seattle. Su comparecencia fue una de las varias patrocinadas por la WCADP. Meléndez-Colón había pasado 17 años, ocho meses y un día en el corredor de la muerte de Florida por un delito que no cometió.
En 2012, las hermanas Joan, Lenora y Charlene se unieron a otros defensores de la pena de muerte para llevar su caso a Olimpia para una audiencia pública sobre el proyecto de ley SB 6283 y para un Día de Presión para Acabar con la Pena de Muerte. Su mensaje a los legisladores del estado de Washington era que la cadena perpetua sin libertad condicional es una alternativa segura y justa a la pena de muerte.
La Hermana Judith dijo que los próximos pasos para dar vida a la postura corporativa incluirán esfuerzos educativos continuos, respaldar y apoyar el trabajo de otros grupos comprometidos con esta cuestión, publicitar esta postura pública en los periódicos diocesanos, abogar por ella a través de cartas al editor y contactos con legisladores y órganos de gobierno, y solicitar que el tema de la pena de muerte se incluya en el próximo Día de la Defensa Católica en el estado de Washington. Los medios adicionales para poner en práctica la postura corporativa serán discutidos por las hermanas en sus comunidades locales.
A continuación se expone la postura de la empresa:
Provincia Madre José
Capítulo provincial – 1 de agosto de 2013
Resolución 2013 – 01:
Las Hermanas de la Providencia de la Provincia Mother Joseph se posicionan a favor del fin de la pena de muerte
Considerando que estamos llamados a construir una «cultura de la vida» que no puede lograrse si consentimos una «cultura de la violencia»; y
Considerando que la imposición de la pena de muerte priva a los seres humanos de la dignidad que Dios les ha dado y niega el carácter sagrado de la vida; y
Considerando que no se ha demostrado que la pena de muerte tenga un efecto disuasorio eficaz contra la delincuencia; y
Considerando que la pena de muerte es un castigo irreversible, se ha aplicado de forma discriminatoria y, en algunos casos, se ha ejecutado a personas inocentes; y
Considerando que el coste de la pena de muerte es necesariamente prohibitivo en contraste con el coste de la cadena perpetua; y
Considerando que, si bien la pena de muerte puede proporcionar una sensación de justicia a algunas familias de víctimas, creemos que el castigo del delito debe dar a los delincuentes capitales la oportunidad de reformarse y arrepentirse de sus actos;
Resuélvase que las Hermanas de la Providencia de la Provincia Mother Joseph apoyan el fin de la pena de muerte, y abogan por una sentencia segura y justa para los delincuentes capitales; y
Resuélvase, además, que las Hermanas de la Providencia de la Provincia Mother Joseph alientan el apoyo a los programas que ayudan a las familias de las víctimas y a las familias de los condenados a encontrar la curación espiritual, física y emocional y el perdón del delincuente.